EL KRONOS

EL KRONOS

La concepción del tiempo ha intrigado a los seres humanos desde siempre.  ¿Qué es el tiempo?  ¿Se puede viajar a través del tiempo, al pasado, al pasado, al futuro?  Por qué los seres  envejecen?

Para los seres humanos la creencia en la existencia de lo que llaman tiempo es la causa de muchos de los males que actualmente aquejan a la humanidad terrestre.  Erróneamente han regulado sus actividades, por lo que les señala el calendario gregoriano y el reloj.  Según ustedes esto mide el tiempo, sin embargo el tiempo como lo pretenden concebir, lineal y parejo, no es una realidad objetiva sino subjetiva.

En lo que respecta a la totalidad existe sí un “Kronos”, un tiempo Cósmico en el que se suceden alternativamente un largo pralaya o período de descanso en el que todo lo creado se unifica al Todo y un largo período de creación y renovación dividida en siete rondas, llamado Manvantara.

A nivel físico y particularmente para las conciencias humanas el tiempo es concebido en períodos de doce meses irregulares, que llaman años, en el que la medida mínima es el día, de veinticuatro horas.  Estos cánones autoimpuestos de manera arbitraria les han provocado un estado de continua tensión y el nerviosismo resultante les encierra en el círculo vicioso de la falta de tiempo.

Existe un transcurrir de las conciencias a lo largo de muchos eónes, para alcanzar el estado de suprema iluminación.  Este largo camino de evolución puede ser recorrido en distintos períodos del gran Kronos.  Pero, ¿qué es el tiempo?  Para las conciencias humanas el tiempo es un transcurrir a lo largo de la existencia, es eminentemente subjetivo, y para objetivizarlo han recurrido a herramientas como el calendario y el reloj.  Sin embargo en este proceso de objetivización del tiempo, han soslayado y han pretendido que todos en masa respondan artificialmente a un unícrono  único y parejo para todo el mundo).  En verdad, lo que perciben como tiempo es una distorsión vibratoria del primer pulso  sincrónico cósmico  y se percibe así solo en las dimensiones más bajas, desde la tercera a la primera.

Ocurre así porque el pulso se enlentece tanto a nivel vibratorio que se desdobla y sus cualidades de unificación y sustancia raíz cósmica,  se traducen en los niveles densos en tiempo y materia respectivamente.

Al aumentar la vibración, deja de “existir” la distorsión, y el tiempo como lo perciben, deja también de existir. La materia en alta vibración también deja de existir, puesto que ella también es reflejo de una cualidad del primer pulso sincrónico. Por ello en los niveles de cuarta dimensión y superiores no existe ni materia ni tiempo, pues en el Gran pulso, la energía vibratoria vuelve a cohesionar en sí la unificación y la sustancia raíz cósmica.

Respecto a su perspectiva del tiempo, tienden a pensar que todos por igual perciben ese transcurrir, y no es así.  Cada nivel de conciencia en evolución, lo percibe de distinta manera.  Por ejemplo: la percepción que del tiempo tienen los animales, difiere enormente de la de los seres humanos.  Los animales tienden a seguir el “Kronos”, que desde su reloj biológico surge, que no es otra cosa que el gobierno de su espíritu grupal.

Así el transcurso que los humanos  hacen en años, para los animales es en meses humanos, pero son años para ellos.

Día y noche regulan los ciclos de descanso y vigilia, pero para ciertos insectos un día y una noche, es el ciclo total que tienen para eclosionar, aparearse, dejar descendencia y morir (efímeras).  Cuando se pregunten por qué vivió tan poco tiempo?  Reflexionen acerca de esta pregunta, ya que la muerte es un umbral dimensional como lo es el nacimiento.  Realmente no hay tal “muerte”.  Por otro lado  el tiempo es subjetivo, lo que para ustedes es poco, para otros es una eternidad.

Es al “tiempo interno” al que deben someterse.  El “Kronos”, el que debe regular sus actividades, no el calendario.

Una actividad tan solemne y pura como la contemplación, jamás debe someterse al “tiempo”.  Ha de comenzar, fluir y terminar con suavidad.  Sin presiones tan bajas como el apremio del tiempo.

La artificialidad del tiempo humano que no se somete al ”Kronos” o tiempo cósmico les ha privado del sentido de eternidad y de inmortalidad.

El apego al concepto del tiempo va aparejado a los conceptos de, finitud, mortalidad, vejez.  Si desean con fervor dejar atrás la conciencia de mortalidad, han de aprender a percibir el “Kronos”, el pulso sincrónico unificador.  A mayor elevación de conciencia, mayor vibración, y la vibración más alta los sincroniza.

Desde una conciencia asentada en la creencia de mortalidad, avanzarán a una conciencia basada en la eternidad y la trascendencia.

Que el Uno omnicomprensivo les acoja en su luz que otorga la verdadera iluminación.

El Galileo